La responsabilidad de quien conduce una empresa excede a menudo la de su ámbito de acción. Es común que hasta el patrimonio personal de los Ejecutivos se vea comprometido por los resultados de una decisión que no cumplió con los resultados esperados.

Dirigir una empresa no es fácil, y hacerlo sin cometer errores que pudieran afectar los intereses de terceros es prácticamente imposible. Esto es así porque toda decisión empresarial genera consecuencias que son interpretadas subjetivamente por aquellos a quienes perjudican o benefician. No obstante ello, los Ejecutivos de una empresa no pueden dejar de tomar decisiones ya que la no toma de decisión es más perjudicial que las medidas que pudieran tomar, y pone en serio riesgo el futuro de la empresa.

El mercado asegurador cuenta con una cobertura llamada póliza de Responsabilidad Civil de Ejecutivos y Directores.

A quién va dirigido?

A Directivos, Consejeros, Administradores y Altos Cargos de empresas y sociedades que realizan gestiones de administración, gestión y representación propias del cargo encomendado, por no actuar con la diligencia exigible a un ordenado empresario y haber causado, fundada o infundadamente, un perjuicio financiero a terceros, accionistas, competidores y un amplio espectro de perjudicados.

También a patronos de Fundaciones, Juntas de Gobiernos de Asociaciones y Colegios Profesionales, ONG´s, entidades sin ánimo de lucro y gestores de corporaciones públicas.

¿Qué protege?

El patrimonio personal de los Consejeros, Administradores y Altos Cargos sociales, así como el de sus conyugues, herederos y legatarios, de perjuicios financieros causados a terceros por falta de diligencia en la gestión social y de los recursos humanos.

¿Qué cubre?

Las indemnizaciones que por responsabilidad civil les sean exigidas a los cargos anteriores, asi como los gastos de defensa jurídica, las fianzas civiles y penales, los gastos de gestión de crisis y publicidad, imagen, prácticas de empleo, multas y sanciones y un amplio elenco de coberturas que permite diseñar la póliza a la medida de las necesidades de cada cliente.

¿Desde cuando se otorga cobertura?

Desde que se contrata el seguro, pero retroactivamente de manera ilimitada por las actuaciones y decisiones tomadas en el pasado, siempre que no se conociera ninguna reclamación en el momento de contratar el seguro.

¿A qué empresas cubre?

A la empresa matriz que contrata el seguro y a los Directivos y Consejeros de empresas filiales y participadas designados por la matriz.

Ejemplos de reclamos de D&O

• Un Director que despide a un empleado es demandado por discriminación racial o de sexos.
• El Directorio decide incursionar en nuevas actividades distintas de las tradicionales y en consecuencia invierte una importante suma en el desarrollo de la nueva actividad. El nuevo emprendimiento resulta en un fracaso perdiéndose la inversión. Un accionista inicia un reclamo por la pérdida de valor de la acción como consecuencia del negocio fallido.
• Un Director declara públicamente que las acciones de su empresa tendrán un cierto rendimiento en un año, y luego es demandado bajo el cargo de "información inconducente", por no cumplir con las expectativas anunciadas.
• Un Director concede una entrevista a los medios en la que hace alusión a determinadas cifras de la empresa y de la competencia. El Director es demandado por un competidor alegando "Declaración Falsa o Engañosa".
• Un Director deja la empresa en la que se desempeñaba para iniciar un emprendimiento propio, que compite con la anterior. Su antigua empresa lo demanda alegando haberse apropiado de información confidencial, empleados claves y de haber infringido las normas referentes a marca registrada.
• En una presentación de acciones de oferta pública se omite indicar alguna circunstancia que luego impacta negativamente en los resultados de la empresa y los Directores intervinientes son demandados por "Reticencia en el Suministro de Información".

El beneficio que otorga la póliza de Directores y Oficiales permite a los Directores y Gerentes tomar las medidas que consideren más beneficiosas para la empresa, sin temor a que pudieran afectar su patrimonio personal. No constituye un llamado a la irresponsabilidad, sino un voto de confianza para quien día a día maneja los destinos de la empresa.